los marineros

Para que nada nos amarre,
que no nos una nada.
Ni la palabra que aromó tu boca,
ni lo que dijeron las palabras.

Ni la fiesta de amor que no tuvimos,
ni tus sollozos junto a la ventana.
Para que nada nos amarre,
que no nos una nada.

sea este pues como el amor de los marineros que besan y se van.
Dejan una promesa, pero no vuelven nunca más.

En cada puerto alguien espera;
los marineros besan y se van.
y una noche se acuestan con la muerte en el lecho del mar.