La cosa es más complicada

Todas las parcelas que he cultivado en los últimos
años, la mayoría   tienen algo tuyo
y eso en verdad no es nada extraordinario
vos lo sabés tan objetivamente como yo.

Sin embargo hay algo que quisiera aclararte,
cuando digo todas las parcelas,
no me refiero solo a esto de ahora,
a esto de encontrarte y carajo perderte,
y volverte a encontrar.
No me refiero a  que cuanto te encuentre
y después de verte  al otro día  por teléfono
de pronto me digas,  ayer llore
y yo  piense que siempre pasa lo mismo

y es que  ya no puedo  creerme que puedo
 convertir mis reveses en victorias,
o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación
o tu sonrisa ya sin tristezas.

No.
La cosa es muchísimo más grave.
Cuando digo todas las parcelas
quiero decir que además de ese dulce cataclismo,
también estas reescribiendo estos días en mi vida,
en esta  edad  que uno ya solo debería decir 
cosas adultas y solemnes
y los solemnes adultos las celebran,
y vos en cambio sabes que eso no me sirve.

Quiero decir que con lo que paso
estoy rearmando ese desastre que dejaste
por todos lados, ese tiempo en que  estaba
 cargado de recelos y miedos 
y  ahora  pude sacar de los escombros,
mi germen de alegría y regarlo mirándolo.

Quiero decir que con lo que paso
se  sacudió mi alma,
ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos,
esa sombra que nadie arrimó a su sombra,
y con lo que paso
se empezaron a caer las hojas secas,
y quedo la armazón de mi verdad sin proezas.

Quiero decir que estoy abrazando mi madurez
esta mezcla de estupor y experiencia,
este extraño confín de angustia y soledad,
esta bujía que ilumina la muerte,
este precipicio de la pobre vida.
Como ves es más grave,
Muchísimo más grave,
Porque con estas y con otras palabras,
quiero decir que no sos tan solo,
la querida muchacha que sos,
sino también las espléndidas o cautelosas mujeres
que quise o quiero.

Porque gracias a vos he descubierto,
(dirás que ya era hora y con razón),
que el amor es una bahía linda y generosa,
que se ilumina y se oscurece,
según venga la vida,
una bahía donde los barcos llegan y se van,
llegan con pájaros y augurios,
y se van con sirenas y nubarrones.
Una bahía linda y generosa,
Donde los barcos llegan y se van.
Pero vos,
no te vas.