La carta en el camino


ADIÓS, pero conmigo
serás, irás adentro
como la sangre
que circula en mis venas
o fuera, como  un beso que
 me abrasa el rostro  y el alma
o cinturón de fuego en mi cintura.


Dulce mía, despide
el gran amor que salió de mi vida
y que en ti no encontraba territorio
que como el explorador perdido
de  las islas del pan y de la miel
se va por el mundo.

Yo espero encontrarte después
de  esta  tormenta,  cuando la
 lluvia halla lavado tus dulces
y hermosos  pies
que brillarán como peces dorados.


Adorada, no creas que
me voy a buscar mis sueños
solo estaré por otras  tierras
y allí tu Capitán
te esperará con flores
y chocolates italianos
si un día te apareces por esos  rumbos.


No pienses más, mi dulce,
en el tormento
que pasó entre nosotros
como un rayo de fósforo
dejándonos tal vez su quemadura.

La paz llegó también porque regreso
al camino que siempre quise hacer
y como tengo el corazón completo
con la parte de sangre que me diste
para siempre,
y como llevo
las manos llenas de tu ser desnudo,
mírame,
mírame,
mírame por el mar, que voy radiante,
mírame por la noche que navego,
y mar y noche son los ojos tuyos.


No he salido de ti cuando me alejo.
Ahora voy a contarte:
mis sueños son tuyos si los quieres
yo voy a conocer el mundo,


Todos los frutos de la vida
crecerán en mis manos .
Y sabré acariciar las nuevas flores
porque tú me enseñaste la ternura.
Dulce mía, adorada,
porque en mi corazón viven tus versos
como banderas rojas,
como pequeños pedazitos de chocolate
y si muero, no sólo
me cubrirá la tierra
sino este gran amor que me trajiste
y que vivió circulando en mi sangre.

Vendrás conmigo algún día? ,
en esa hora te espero,
en esa hora y en todas las horas,
en todas las horas te espero.
Y cuando venga la tristeza que odio
a golpear a tu puerta,
dile que yo te espero
y cuando la soledad quiera que cambies,
dile a la soledad,
que yo debí marcharme
porque soy un soñador,
y que allí donde estoy,
bajo la lluvia o bajo
el sol,
amor mío, te espero,
te espero en el desierto más duro
y junto al limonero florecido:
en todas partes donde esté la vida,
donde la primavera está naciendo,
amor mío, te espero.

Cuando te digan "Ese hombre
no te quiere", recuerda
que mis pies están solos en esta noche, y buscan
los dulces y hermosos pies que adoro.

Amor, cuando te digan
que te olvidé, y aun cuando
sea yo quien lo dice,
cuando yo te lo diga,
no me creas,
quién y cómo podrían
cortarte de mi pecho.


Pero es que  ahora tengo
que pensar un poco en mi
Voy a buscar la vida en cada calle,
detrás de cada piedra.
Tu amor también me ayuda:
es una flor ahora cerrada
pero que me lleno un día
con su aroma  la vida
y que se abre de pronto
dentro de mí como una gran estrella.

Amor mío, es de noche.
El agua  parece negra, el mundo
dormido, me rodea.
Vendrá luego la aurora
y yo mientras tanto te escribo
para decirte: "Te amo".
Para decirte "Te amo", cuida,
limpia, levanta,
defiende
nuestro amor, alma mía.

Yo te lo dejo como si dejara
un puñado de tierra con semillas.
De nuestro amor nacerán vidas.
En nuestro amor beberán agua.
Tal vez llegará un día
en que un hombre
y una mujer, iguales
a nosotros,
tocarán este amor, y aún tendrá fuerza
para quemar las manos que lo toquen.

Quienes fuimos? Qué importa?
Cuando lean estos versos sera
como si tocarán fuego
y el fuego, dulce mía, dirá tu nombre
y el mío, como nos llamamos que importa
yo se  quien eres y solo tu  sobre la tierra sabes
quién soy, y porque nadie me conoció como una,
como una sola de tus manos,
porque nadie
supo cómo, ni cuándo
mi corazón estuvo ardiendo:
tan sólo
tus pequeños ojos celestes  lo supieron,
tu pequeña boca,
tu piel, tus pechos,
tu vientre, tus entrañas
y el alma tuya que yo desperté
para que se quedara
cantando hasta el fin de la vida.

Amor, te espero.
Adiós, amor, te espero.
Amor, amor, te espero.
Y así esta carta se termina
sin ninguna tristeza:
están firmes mis pies sobre la tierra,
mi mano escribe esta carta en el camino,
y en medio de la vida estaré
siempre
junto al amigo, frente al enemigo,
con tu nombre en la boca
y un beso que jamás
se apartó de la tuya.