Querida Simone

Desde hace meses
con inusitada frecuencia
no me deja el cartero cartas tuyas.
Será amnesia del hombre
o tal vez las apile
en un rincón limpio
de su cuarto de soltero
solterón
y algún día me las traiga
cinta rosa
todas juntas
como un banquete
para el olvidado hambriento
que puede imaginarse
desde ahora
una clara catarata
de ternuras y recuerdos.

Y el pan nuestro

Solo conozco de ti
tu risa y tu sonrisa
con labios separados
el misterio que es para
otros tu mente
y las lagrimas
tu que eres
mi terca obsesión
no se como no
puedo olvidarte
si lo mereces

Y avanzo poco a poco
 sorprendido
tanteando nuestro  pasado
y buscando mi futuro

Sólo conozco
la dulce leche de tu cuerpo
la leche plácida y burlona
que me espera
 talves en un futuro sea
el  paraíso imaginado
del imposible mañana
de paz y dicha silenciosa
de abrigo y pan compartido
de algún objeto cotidiano
que yo pudiera llamar
nuestro