Mujer de corazón quemado,
que caminas junto a mi en esta jornada,
que tu mano reciba las flores de este ramo,
unas rojas flores, lo siento si no son flores pobres
de esta tierra dura tierra dura,
pero recibelas de mis manos como
si hubieran sido halladas en la mina más honda,
como si hubieran crecido entre la milpa
o entre el frijol, estas flores y estas frutas hijas del agua
y del trabajo de la gente del campo
solo te muestran la ilusión de este hombre
estas flores de perfume y espinas
de pétalos profundos.
Supe al mirarlas para son para Ti
vienen de mi pobreza
y de mi fortaleza florecida, el ramo
de la ternura y mis ganas de escucharte.
Flores para que estén en mi lugar
al lado de la cama, espero que una
de estas noches, el
aroma de estas flores y el tuyo
me guíen para regresar desde lejos.