Quiero que sepas una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
todo lo que veo me lleva a ti,
todo lo que toco
todo me lleva a ti,
como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales,
fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien,
si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto
me olvidas
no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si piensas que estoy loco
que las cosas que hago
no son suficientes para hacerte feliz
y te decides alejarme de ti
a poco a poco con tus quejas
piensa
que el día que yo me canse,
a esa hora
levantaré los brazos
y saldrán mis raíces
a buscar otra tierra.
Pero
si cada día,
cada hora
sientes que a mí estás destinada
con dulzura implacable.
Si cada día sube
una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía,
en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida,
mi amor se nutre de tu amor, amada,
y mientras viva este amor estarán tus brazos
sin salir de los míos.