Cosas para decir

Cada mañana intento que todo siga igual: que el despertador suene a la misma hora y el olor a café recién hecho inunde el ambiente mientras dejamos que el sol tímido de la mañana se asome para compartir unos byts, para saber las preocupaciones o los problemas de cada quien, de alguna manera lejana cerrar filas juntos. Para que tu recuerdo me siga allá a donde vaya. Para impregnarme de tu olor de canela y de tu sombra que persigue a la mía.

Porque no puedo imaginar que un día dejes de aparecer entre los rincones de cada mañana para traerme, sin pedir permiso, alguno de tus besos o el sonido de tus palabras que se vuelven letras.


A tu lado todo sigue revestido de un color prodigioso que hace posible que mi corazón golpee sin temor y la confianza lo invada todo. Me parece que aún seguimos corriendo por estas calles con la edad de nuestra inocencia, anhelando descubrir nuestros cuerpos desconocidos mientras las tardes eternas de verano desaparecían siempre demasiado deprisa para nuestro deseo.

Cada mañana tengo la impresión de que todo se repite, que nunca hemos dejado de ser los mismos ni hemos aparcado en algún lugar olvidado los latidos de nuestro corazón ilusionado para poder describir los colores del de el arcoiris de nuestras vidas.


Te leo y vuelvo a sentir el olor ese tuyo tan suave tan tuyo. El movimiento imperceptible de tus pestañas y la mirada melancólica que ponías en el horizonte mientras chispeaba la luz en tus ojos.

Hasta hoy en mi no se marchitado los deseo de coger tu mano y caminar sobre las hojas del parque sobre las que han ido cruzando inviernos y otoños que no han significado nada para nuestra conexion porque sigues colándote cada día en mi vida.

Cada mañana, cada invierno, cada vez que llueva, cada vez que el mar asome en el horizonte, cada vez que un astro se desmorone en el firmamento... espero que estés feliz en el lugar donde te encuentres.